Seleccionar página

Tanto eres, tanto vales.

Esta es una pregunta que los emprendedores nos hacemos a menudo. ¿Cuánto debería cobrar por este servicio o producto? ¿Estoy en mercado? ¿De verdad lo vale? ¿No es muy caro?

En el caso de establecer el precio de un producto, la cosa resulta un poco más sencilla porque, por lo menos, deberías cubrir costes. Pero cuando hablamos de servicios, el tema se complica… ¿Cuánto cuesta mi hora?

Poner valor al tiempo es delicado y sobre todo cuando el precio es monetario. Aquí surgen mil dudas, condicionantes e inseguridades…

Pues bien, he ido a un taller sobre “Bloqueos emocionales que impiden valorar tu trabajo”, impartido por la psicóloga Beatriz Lecuona, y organizado por REM (Asociación de Mujeres Emprendedoras).

Fue un curso muy revelador, que me hizo tomar conciencia de esa dependencia emocional, que impide valorar correctamente nuestro trabajo.

“No me lo merezco”, “No soy suficientemente buena”, “Otros tienen más experiencia que yo”, “No te preocupes, te hago un descuento”, “Entiendo tu situación, ya me pagarás”, etc.

Estas frases surgieron durante la charla. Todas nosotras, de una forma u otra, nos sentíamos identificadas con estas situaciones. Y es que, desde pequeñas, nos han inculcado que debemos de ser buenas para ser aceptadas. Lo que se denomina “falsas creencias”, que nos provocan esa dependencia emocional e inciden directamente en nuestra AUTOESTIMA.

¿Qué significa ser dependiente emocionalmente? Básicamente que te importa más la opinión que los demás tengan sobre ti, que lo que piensas tú mismo. Parece una locura, pero la mitad de la población es dependiente, así que debe ser algo más habitual de lo que pensamos.

Para establecer un precio justo a nuestros productos o servicios, es fundamental tener una buena autoestima. No podemos valorarnos, sino creemos en nosotros. Así que repite conmigo: “no hay nadie más importante que yo”. Eso significa cuidarme, quererme y respetarme a mi primero, para poder hacer lo propio con el de enfrente. En caso contrario, la situación se volverá insostenible y acabará por explotar.

Durante la charla, Beatriz nos regaló algunos recursos para desbloquearnos emocionalmente y poder poner un precio justo a lo que ofrecemos.

Algunos de ellos son:

  • Lo que vendas, que sea realmente bueno, es decir, que tú mismo lo comprarías.
  • Realizar una encuesta a los allegados para saber qué opinión tienen y cuánto estarían dispuestos a pagar.
  • El dinero es energía, cuando hacemos cosas gratis o por debajo de su precio de mercado, además de estar haciendo un flaco favor al gremio y valorarnos muy poquito, la persona que lo recibe se queda en deuda contigo.
  • Eliminar las connotaciones negativas que rodean al dinero (poder, abuso, sucio, clasista, etc.) y establecer una relación sana. El dinero es tan solo un instrumento de intercambio que nos permite pagar productos y/o servicios.
  • Repetirnos una y mil veces que somos la persona más importante de nuestra vida.
  • Darnos nuestro sitio y permitirnos ser. Permitirnos recibir y disfrutar de las cosas buenas que nos pasan.
  • Focalizar. Donde ponemos la atención, crece.
  • Tener claro dónde queremos llegar y responsabilizarnos de ello.
  • Cada uno es responsable de sí mismo. Dejar de intentar salvar a todo el mundo. 
  • Ser agradecido. Dar las GRACIAS, de corazón.

Recordemos que nuestra misión en la vida es ser FELIZ, no bueno.

Ahora, ¿cuánto dices que vales?

Os dejo un enlace con el libro  “No hay que ser bueno, hay que ser feliz”, de Beatriz Lecuona, donde podréis conocer más sobre la dependencia emocional y cómo desbloquearla.